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Después de unos meses de descanso, llega la vuelta al cole; momento en el que necesitamos readaptarnos a nuestras rutinas y horarios habituales del curso, tanto los niños como los padres. Al igual que nos ocurre a los adultos, a algunos niños les costará solo unos días, mientras que a otros les costará semanas, por lo que vamos a tener que desarrollar grandes dosis de paciencia en este periodo de transición.
La vuelta al cole está llena de sensaciones y de emociones tanto positivas como negativas: reencuentro con los amigos, la rutina, los deberes, ver menos a padres y madres, madrugar, nuevos amigos, maestros o profesores, nuevas asignaturas, etcétera. Como adultos, deberíamos reforzar los aspectos positivos de la vuelta al cole ayudándoles a recuperar la rutina y hacer del proceso de enseñanza-aprendizaje un camino motivador y de ilusión.
Explicarles a los niños o adolescentes en qué va a consistir este nuevo curso académico.
Desde 2020 hemos tenido múltiples cambios en la organización escolar debido a la pandemia, y para muchos niños pequeños este año será el primero sin mascarillas, con el número máximo de compañeros en el aula, y es necesario explicarles esta vuelta a la “nueva normalidad” para que sepan qué pueden esperar. Además es imprescindibles explicarles detalles de este nuevo curso, que completarán sus maestros y/o profesores, utilizando para ello cuentos y metáforas en el caso de los niños más pequeños, o un lenguaje más cercano y adulto en niños mayores y adolescentes.
Preparar progresivamente el cambio de horario.
Durante el verano muchos niños y niñas han trasnochado habitualmente, se han levantado tarde, la alimentación no ha sido balanceada…. por ello es importante que unos días antes los habituemos a los nuevos hábitos de sueño, de ocio y de alimentación que tendrán durante el curso (acostarse y levantarse a la misma hora, mantener hábitos alimenticios saludables, practicar ejercicio físico regularmente, entre otros).
Involúcralos en la compra del material que utilizarán durante el curso.
Una de las formas de calmar el nerviosismo de nuestros hijos es hacerles partícipe de su proceso de enseñanza-aprendizaje, y lo primero es enseñarles cual va a ser su material durante el curso para que puedan tocarlo, ver cómo se utiliza si es nuevo, y permitirles que ya empiecen a manejarlo.
Centrarnos en los aspectos positivos de la vuelta al cole.
Para que la vuelta al cole se vea como algo positivo hay que recordarles las cosas buenas de volver al cole, como es ver a sus amigos, jugar con ellos, aprender cosas nuevas, conocer a nuevos niños… Para ello podemos recordar ese día como algo especial haciendo alguna actividad distinta (ir a una excursión, que un familiar especial los recoja, una comida que les guste mucho, etc.).
Permitir la adaptación progresiva.
Es recomendable responsabilizar a todos los miembros de la familia de la vuelta al cole (preparación de la ropa, libros, agenda, deberes, actividades extraescolares…) y en función de la edad, asignarles estas tareas a los niños para desarrollar su independencia y responsabilidad. Para ello puedes ir dando tarea a tu hijo de 1 en 1 y cerciorarte de que las va cumpliendo.
Control del tiempo del uso de las nuevas tecnologías.
Las TIC pueden ser nuestras mejores aliadas o las que precipiten su abuso y adicción y problemas de ansiedad. Es recomendable fijar límite de tiempo al día para su uso.
Permitirles un espacio libre en casa donde puedan comentar sus preocupaciones sin sentirse juzgados.
Dentro de la rutina diaria, es aconsejable encontrar momentos para hablar de cómo ha ido el día, qué preocupaciones tienen, si tienen problemas o dudas, cómo va la relación con sus compañeros de clase y del centro, con los profesores… Estos espacios facilitan la comunicación familiar y personal, desarrollar la inteligencia emocional y habilidades de regulación emocional, y la autoestima. Así mismo, en estos espacios es importante darles herramientas, según la edad y la situación problemática, para que ellos mismos vayan desarrollando habilidades de autonomía y de gestión de problemas, su autoconcepto y seguridad propia.
Si detectas que tu hijo no quiere ir al colegio, está muy nervioso, deja de comer o duerme mal, ya no tiene interés en actividades que antes sí tenía, ponte en contacto con su tutor o tutora para analizar la situación y ver qué está pasando. Si está ocurriendo cualquier conflicto la intervención temprana puede evitar consecuencias graves más adelante.
Para los papás y mamás va a ser igual de importante normalizar nuestras rutinas de forma progresiva. Para ello podemos regresar unos días antes a casa para planificar el nuevo curso académico y laboral, recuperar nuestros patrones de sueño, de alimentación, de organización, de ocio o de deporte.
Diseña y planifica tus metas: Es motivador comenzar un nuevo curso continuando o proponiéndonos nuevas metas tanto a corto plazo, como a medio y a largo. Un ejemplo podría ser proponernos sacar un nuevo título de idiomas (a largo plazo), mejorar mis hábitos de alimentación (a medio plazo) y comenzar a meditar (a corto plazo). Para ello puedes elegir 1 o 2 metas diarias que quieras cumplir e ir tachándolas según las vayas consiguiendo. Además, para el resto de tareas del día a día podemos dividirlas en tres columnas:
Disfruta del tiempo libre y dedica tiempo de calidad y de desconexión a actividades agradables (salir con amigos, pasar la tarde con tus hijos en el parque, ir a clase de baile, salir a pasear…).
Permítete no llegar a hacerlo todo y aceptando que pueden aparecer imprevistos de última hora, tanto en tu rutina como en la de tus hijos.
Si la vuelta al cole está siendo muy dura para ti o tu familia y sientes que después de estos primeros días de adaptación no conseguís normalizar la situación, las psicólogas y psicólogos de Terapiaencasa.es podemos ayudarte.
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