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¿Has pensado cuánto tiempo pasas delante de una pantalla? ¿Cuánto tiempo ocupas en las redes sociales? O ¿Cuánto piensas en ellas, en publicar una foto, hacer un post o simplemente que lo que estas haciendo lo puedes compartir?
Hoy, y aún más tras el inicio de la pandemia, se ha intensificado de manera alarmante el uso de pantallas o dispositivos para el consumo de redes sociales, chats, conocer personas e incluso, comenzar una nueva relación de manera virtual.
Se conocen como TICs a las nuevas tecnologías que si bien, nos ofrecen muchísima información y nos permite estar “Conectados” con los otros y el mundo, haciéndonos la vida de alguna manera más fácil, no dejan de tener su lado oscuro.
Más allá de saber que en internet hay una amplia gama de contenido de todo tipo, al cual podemos acceder en cualquier momento, es gracias a su comodidad y facilidad que su uso se ha convertido en una verdadera necesidad hoy en día.
Las Tics, se han convertido para esta era en nuestro mejor aliado, y seguramente estarás de acuerdo, ¡lo usamos para todo!, para encontrar y vender productos, conocer gente nueva, mantener contacto con personas queridas, facilitarnos la búsqueda de conocimiento e información y un sinfín de cosas… Si, hasta ahora todo muy bien…
Solo en el año 2020 el aumento de consumo de datos móviles un 80%, considerando que también fue un año afectado por la pandemia y que la vía telemática era en mayor medida la manera de poder socializar…
¿Crees que esa cifra ha disminuido hoy?
La conducta que hace que el consumo de redes sea un problema, no es nueva, las pocas alternativas que nos quedaba para socializar en el 2020 generaron una gran potenciación de su consumo masivo.
Esto ha tenido una serie de consecuencias importantes y entre ellas está, la poca o nula interacción entre convivientes, rupturas de parejas, pérdida de habilidades sociales, aumento en el sentimiento de soledad, y por supuesto, un aumento significativo en la adicción a las TICs.
¡Sí, has leído bien… Adicción a las TICs”
Desde hace tiempo se ha estudiado la adicción que puede generar en la persona, el consumo abusivo e inapropiado de las nuevas tecnologías y se ha descubierto que el efecto que éste genera en el organismo, es similar al que puede producir cualquier droga, ya que estimula una zona específica del cerebro conocida como área Tegmental Ventral o circuito de placer, donde se segrega dopamina y es la fuente de reforzadores que hacen que continúe esa conducta que nos lo activan, es decir, cada vez quiero más.
Parece que, en esta era, las personas “debemos” tener una red social a través de la cual, nos contacten, nos observen y nos “conozcan”. Se cree que una nueva manera de definir a alguien es a través de su cantidad de “Likes” o “Followers”, mientras más publicas, eres más interesante, tienes más amigos o eres, sencillamente mejor. Es normal que nos sintamos alagados porque a otras personas les guste lo que hacemos, o en este caso lo que publicamos, sin embargo, la necesidad que nos ha creado el compartir lo que hacemos todo el tiempo, y hasta nuestra propia vida íntima, para conseguir likes, nos obliga en determinada manera a estar compartiendo continuamente contenido personal y el trasfondo de esto no es más que la necesidad de sentirnos aceptados.
Seguramente te ha pasado que dejas de hacer algo por revisar el móvil, y capaz ni te das cuenta de esto hasta que estás dentro de la red. Se ha vuelto hasta un impulso el coger el móvil y revisar las actualizaciones y actualizar mil veces, entrar y salir de la misma app o sencillamente pasar un rato viendo que hacen las demás personas. Nuestros momentos de ocio la pasamos con el móvil, y los de no tan de ocio, los interrumpimos también.
Analicemos por unos minutos en que pienso y que espero cuando entro a mirar las distintas apps de contacto social, ¿que quisiera ver?
Luego de pensar en esto, seguramente sabrás que, en efecto, internet maneja toda una serie de contenido basado en tus búsquedas para ofrecerte justo eso, lo que quieres ver. Lo que hace esto una retroalimentación con la finalidad de que sigas estando y entres cada vez más a ver actualizaciones y novedades de “eso” que quieres ver.
Pues seguramente conocerás a alguien que no puede estar sin el móvil o quizás tú mismo…
Te invito a hacer una prueba muy sencilla…
¿Qué te parece si durante solo un día evitas el uso de las pantallas con acceso a internet?
¿Qué podría pasar? ¿Cómo o con que ocuparías el tiempo? Recuerda… en esta prueba, no puedes usar el móvil…
Ahora, pensemos por un momento lo siguiente… y ¡seamos sinceros!
¿Qué gano yo de las redes sociales? ¿Qué recibo de ellas que no me ofrezcan las presenciales? ¿Me desenvuelvo mejor a través del chat que en persona? ¿Siento que puedo ser más extrovertido/a o simpático/a por las aplicaciones? ¿He perdido algo por las redes sociales? ¿Sigo manteniendo buenas relaciones con mis allegados presenciales?
Si después de plantearte esto crees que algo en ti ha hecho clic, o que en efecto esta conducta te puede estar haciendo daño tanto a ti como a tus relaciones personales, no dudes en contactar con Terapiaencasa.es, nuestros profesionales están aquí para ayudarte en info@terapiaencasa.es o dándole a contacto
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