Primera sesión gratuita y sin compromiso
Terapia Psicológica Sanitaria desde 37 €
Equipo multidisciplinar a tu disposición
Se ha tenido la falsa creencia de que los niños “no tienen problemas” o, “no tienen motivos para estar tristes” o incluso, que los niños por ser niños “son felices”, y esto no siempre es así…
Los niños se encuentran en una etapa de la vida donde los cambios son diarios, empezando por su crecimiento biológico, su aprendizaje del mundo y de la sociedad, el desarrollo y fortalecimiento de su personalidad y adicionalmente, los cambios a niveles cognitivos propio de su paso por las etapas evolutivas del ser humano.
Este conocimiento, que en etapas tempranas se va generando del mundo, de nuestro alrededor, de nuestro círculo e incluso de nosotros mismos, genera en sí una inestabilidad, lo cual, generalmente, la propia plasticidad cerebral, apoyo familiar y escolar permiten que los niños logren adaptarse de manera adecuada, sin embargo, son muchos los casos en lo que esto no sucede y la persona empieza a desarrollar conductas desadaptativas, una inadecuada gestión de las emociones, una ineficiente capacidad para resolver problemas generando en estas tempranas edades, malestar e incluso trastornos mentales.
Sería falso pensar que los niños no entienden lo que ocurre a su alrededor, o que no se dan cuenta de las cosas, de conflictos en casa, por ejemplo, de diversas situaciones sociales y también problemas propios de la vida adulta. No olvidemos que hay muchas personas que por diferentes razones les ha tocado adoptar el rol de adulto aún sin serlo.
Son muchos los factores que pueden participar en el desarrollo de un trastorno mental, suceden de hecho de igual manera que en el adulto, como por ejemplo: desarrollar inadecuadas o escasas técnicas de afrontamiento, falta de desarrollo de habilidades resolutivas sumada a una gestión inadecuada de las emociones, incapacidad o desconocimiento en cuanto a la expresión de nuestro pensar y sentir, incluso los propios errores cognitivos. Son todos estos factores que de una u otra manera pueden generar un malestar en el/la niño/a y a diferencia del adulto, les puede dificultar desarrollar técnicas comunicativas, con lo cual, la probabilidad de que en efecto, no comuniquen como se sienten, lo que ocurre o su interpretación de la realidad se eleva, creando a su vez un problema mayor.
Si a esto le sumamos el hecho de que la vida adulta es “muy ocupada” y que en ocasiones podemos pasar por alto lo que a su manera nos manifiestan y hasta cometer el error de no otorgarle la importancia que realmente requiere – puede que porque no la veamos de la misma manera – podemos encontrar agravantes que sin querer podemos cometer, favoreciendo justo a ese posible malestar.
Por estas razones y muchas más se ha evidenciado un aumento importante en la demanda de atención psicológica y cada vez en etapas más tempranas. Se ha observado un aumento también en conductas desadaptativas tanto en la escuela como en casa, como mayores rasgos de ira y comportamientos destructivos, desobediencia, conductas temerarias, trastornos de alimentación y hasta aislamiento.
¿Crees que cómo padres estamos favoreciendo estos comportamientos?¿Qué podemos estar haciendo mal?
Encontrar una respuesta sincera y certera a estas preguntas es el primer paso para conocer como realmente estamos actuando, el ejemplo que estamos dando y por consecuente, es el primer paso para encontrarle una solución o al menos de momento, una mejoría.
Vivimos en una época sumamente inestable, si bien el período de pandemia puede que nos haya tocado cerca o no, es una situación que indudablemente nos a afectado de muchas maneras, si ha nosotros nos ha afectado, imaginemos por un momento como les ha podido afectar a los niños.
Esta suma de inestabilidad e incertidumbre influye notablemente en ellos, en los más pequeños, dado que esa imagen de fuerza que le podemos ofrecer a veces no es suficiente.
Actualmente se ha visto como los niños están cada vez más inmersos en este mundo tecnológico, pudiendo crearse ellos mismos su propia burbuja virtual de la cual, es posible que no vean lo necesario que es salir de ella, y en eso debemos trabajar.
Parece que se le exige al/la pequeño/a, cada vez más y no solo en cuanto a rendimiento escolar que era antes lo más habitual, desde hace algunas generaciones, la presión social sobre ser el/la mejor en todo lo que hacemos va in crescendo, y de esto debemos darnos cuenta.
En efecto, la infancia no es para todos, una etapa muy bonita, puede llegar a ser incluso hasta un recuerdo turbio, es por eso que debemos hacer hincapié en las necesidades de los niños.
¿Qué podemos hacer para minimizar o evitar el desarrollo de trastornos mentales en nuestros/as niños/as y/o /hijos/as?
Son muchas las cosas que podemos empezar hacer para trabajar en la salud mental de nuestros niños/as, iniciando por dedicarles más tiempo (creando por supuesto, su propio espacio, no se trata de crearles una dependencia emocional ni sobreprotegerlos, se trata de estar más presentes), apartarlos y apartarnos nosotros mismos un poco de las nuevas tecnologías e invertir tiempo en cultivar una adecuada relación afectiva, un entorno de confianza donde ellos estén tranquilos, afiancemos su red social (grupo de apoyo con el que puede contar una persona), enseñémosles que pedir ayuda no está mal y que las cosas se pueden resolver.
Mostrémonos más accesibles, cambiemos los “ahora no” por “venga juguemos”. Podemos intentar estar más presentes en la vida de nuestros hijos, tomemos más tiempo en hablar con ellos y explicarle las cosas de una manera que puedan entenderlo. No los apartemos de las cosas que suceden, ayudemos a adaptarse a las situaciones. Tratemos de ahondar los temas desde una perspectiva positiva, con optimismo y enseñémosles que, aunque las cosas puedan ser diferentes no significa que sean malas.
Acompañemos a vencer sus miedos y estemos atentos si en esto, inclusive nosotros, necesitamos ayuda.
Es posible que solo pensar en hacer frente a todo esto, nos genere a nosotros mismos malestar, es por eso tan importante acudir a profesionales de la salud mental para que nos ayuden, apoyen y nos ofrezcan herramientas para afrontar estas y otras situaciones. No lo dudes, comunícate con nosotros a través de: info@terapiaencasa.es o dale a contacto.
Para consultar el perfil de mis compañeros/as ve a psicólogos online
Si quieres leer más artículos de nuestro blog. Te recomendamos los artículos «Educar a un hijo ¿Educo con amor o con miedo?» y «Mi enemiga la ansiedad».
Fotos cedidas gratuitamente por freepik.es: