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Cómo la psicología puede ayudarte a superar una ruptura amorosa

Por Carlos Corzo, Psicólogo sanitario y redactor de Terapiaencasa.es

La ruptura de una relación amorosa puede ser una experiencia emocionalmente difícil y traumática. Puede ser difícil lidiar con los sentimientos de dolor, tristeza, ira y confusión que surgen después de una separación. Sin embargo, la psicología ofrece varias estrategias y herramientas que pueden ayudarte a superar una ruptura amorosa y a recuperarte emocionalmente.

En este artículo, exploraremos algunas sugerencias generales que, desde la psicología, pueden ayudarte a superar una ruptura:

Comprender el proceso de duelo

Después de una ruptura, es común experimentar sentimientos de dolor y tristeza. La psicología reconoce este proceso como un proceso de duelo, similar al que se experimenta después de la pérdida de un ser querido. Aunque tradicionalmente se ha hablado de las etapas del duelo de Kübler-Ross (negación, ira, negociación…) hoy se opta por modelos más dinámicos donde la persona tiene posibilidad de actuar para elaborar mejor esa pérdida. J. Bowlby, por ejemplo, plantea las siguientes etapas (tareas que pueden hacerse a lo largo del proceso de duelo):

Ten cuenta que estas etapas no necesariamente ocurren en un orden lineal sino más bien saltando de una a otra o incluso volviendo sobre una en la que ya se ha estado y que la duración de cada etapa puede variar según la persona y la situación. Además, no todas las personas necesariamente atravesarán todas estas etapas para superar una ruptura.

Es importante comprender que el proceso de duelo es normal y que cada persona lo experimenta de manera diferente. No hay una forma correcta o incorrecta de lidiar con una ruptura amorosa, pero la comprensión de las diferentes etapas puede ayudarte a procesar tus sentimientos y a avanzar hacia la aceptación y la recuperación.

Volver a conectar con otros ámbitos de valor en tu vida

Habitualmente una relación de pareja implica un número elevado de actividades reforzantes, es decir, fuentes de placer que una vez esta se rompe, se pierden. Esta pérdida repentina de elementos reforzantes (que van desde actividades hasta apoyo emocional, comprensión, intimidad, etc…) puede empeorar el proceso de ruptura si no comenzamos, poco a poco a buscar otras fuentes alternativas. Reconectar con amistades significativas, hacer ejercicio, recuperar hobbies que se han dejado o bien dedicar un tiempo a investigar qué cosas te apetece hacer y descubrir son formas muy útiles de empezar a enfocar una ruptura una vez pasada la parte más desagradable del duelo. Eso sí es conveniente tener en cuenta dos cosas:

Enfocarse en el presente y el futuro

Este punto se relaciona con los dos anteriores. Como en todo proceso de duelo, puede ser normal quedarnos estancados en el pasado. Enfócate en las cosas que puedes controlar en el presente y que puedan serte de utilidad. Plantea metas para el futuro y disfruta del proceso.

Practicar la autocompasión

La autocompasión es una estrategia psicológica que implica tratar a uno mismo con amabilidad, comprensión y aceptación durante momentos difíciles. No es infrecuente que tras una ruptura pongamos el peso de esta sobre nuestros hombros y aparezca la culpa y múltiples pensamientos sobre lo que hicimos mal y sobre cómo podríamos haberlo hecho mejor para tener un resultado diferente. En estos casos es importante recordar que una ruptura es casi siempre debida a múltiples factores y que buscar una razón específica o un culpable no suele ser muy útil (aunque sí es un camino directo al sufrimiento). En su lugar trata de recordar que las personas somos complejas y cometemos errores y que es importante saber tratarnos a nosotros mismos con la misma compasión y entendimiento que le dedicaríamos a los demás.

Aprender de la experiencia

La ruptura de una relación amorosa puede ser una oportunidad para crecer y aprender sobre uno mismo. Primando el punto anterior (autocompasión) el hecho de plantearnos qué es realmente lo que no nos gustó de una relación anterior, tanto de la otra persona como de nosotros mismos, puede servir para formular límites que nos ayudarán a definir mejor relaciones futuras, tanto con otros como con nosotros mismos. Eso sí, de nuevo, siempre desde la autocompasión y nunca desde el autocastigo.

La ruptura de una relación amorosa puede ser una experiencia difícil y emocionalmente traumática; estas recomendaciones pueden ser útiles de cara a enfocarlas de una manera más saludable. No obstante es posible que a veces, por la naturaleza de la ruptura o bien por nuestra historia de aprendizaje nos veamos incapaces de superar el dolor y el sufrimiento o nos veamos volviendo una y otra vez a los mismos comportamientos que nos generan malestar. En estos casos, la psicología puede ayudarte a avanzar hacia la aceptación y a construir una vida feliz y saludable después de una ruptura amorosa. Recuerda que el tiempo y el apoyo son fundamentales en este proceso, así que no dudes en buscar ayuda si lo necesitas, nosotros estaremos encantados y encantadas de hacerlo.

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