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¿En qué medida podemos influir en nuestros propios pensamientos y emociones?

Por Isabel Roca, Psicóloga y Redactora colaboradora de Terapiaencasa.es

En el transcurso de nuestras vidas, todos nos enfrentamos a una amplia gama de pensamientos y emociones. Algunos de estos son positivos y nos motivan, mientras que otros pueden ser negativos y desalentadores. A menudo nos preguntamos: ¿hasta qué punto podemos influir en nuestros propios pensamientos y emociones? Aunque no podemos controlar los eventos externos que ocurren, ni las emociones que se desencadenan, si podemos aprender a gestionar nuestra respuesta ante ellos a través del autoconocimiento y el conocimiento del papel de las emociones. 

¿En qué medida podemos influir en nuestros propios pensamientos y emociones?
Imagen de pexels.com

Antes de profundizar en el tema tenemos que entender qué son las emociones y cómo se forman. Entendemos las emociones como respuestas fisiológicas que experimentamos de manera natural en nuestra relación con el entorno. Su función es sobrevivir, actuar y adaptarnos. Estas emociones regulan nuestras conductas. Por otro lado, los pensamientos son representaciones mentales de la información que percibimos. 

Relación entre los pensamientos y las emociones:

La teoría cognitivo-conductual, propuesta por Aaron Beck, sostiene que nuestros pensamientos influyen directamente en nuestras emociones y comportamientos. Según esta teoría, los pensamientos disfuncionales o irracionales pueden conducir a emociones negativas y comportamientos problemáticos. Por ejemplo, si alguien cree que «nunca será lo suficientemente bueno», esta creencia suele generar tristeza, ansiedad, malestar interno. 

Una de las maneras más efectivas de influir en nuestras emociones es a través de la modificación de nuestros pensamientos. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una intervención psicológica basada en la evidencia que se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento disfuncionales. Aquí hay algunas técnicas utilizadas en TCC para modificar los pensamientos:

Además de influir en nuestros pensamientos, también podemos aprender a regular nuestras emociones. La regulación emocional es la capacidad de influir en qué emociones tenemos, cuándo las tenemos y cómo las experimentamos y expresamos. Existen varias estrategias para la regulación emocional:

Factores que influyen en nuestros pensamientos y emociones:

Herramientas que todas las personas podemos poner en práctica para regular nuestras emociones y pensamientos:

La capacidad de influir en nuestros propios pensamientos y emociones es una habilidad poderosa que puede mejorar significativamente nuestra calidad de vida. A través de técnicas cognitivas, la regulación emocional y cambios de comportamiento, podemos aprender a gestionar mejor nuestras respuestas emocionales y desarrollar un bienestar emocional más equilibrado. Aunque el proceso puede ser desafiante y requerir tiempo, la investigación y la práctica clínica han demostrado que es posible.

Es importante recordar que cada individuo es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. La clave es ser paciente y persistente en la búsqueda de estrategias que funcionen para nosotros. Con el apoyo adecuado y las herramientas apropiadas, podemos aprender a influir en nuestros pensamientos y emociones de manera efectiva, mejorando así nuestra salud mental y bienestar general. Si sientes que solo no puedes, no dudes en buscar ayuda profesional con nosotros, te daremos herramientas y estrategias personalizadas.

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