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Mitos sobre el suicidio

Por Isabel Roca, Psicóloga Sanitaria y Redactora en Terapiaencasa.es

El suicidio ha sido un tabú a lo largo de nuestra historia como sociedad. Vemos el suicidio como algo de lo que no se debe hablar, algo de lo que sentir vergüenza y culpa.

Dentro del suicidio hay mitos. Cuando hablamos de mitos nos referimos a criterios culturalmente aceptados en una población pero que no reflejan la veracidad científica conocida hasta el momento, siendo juicios erróneos con respecto a un tema. Y en el tema del suicidio ocurre igual. Cada vez que ocurre, escuchamos mitos con respecto al suicidio, a las personas que cometen un suicidio y a quienes lo intentan. En este artículo vamos a discutir 10 mitos sobre el suicidio para saber de dónde vienen y poder desmitificarlos:

Mito 1: “Quienes hablan de suicidio no tienen intención de cometerlo, es una llamada de atención.”

FALSO: Quienes hablan de suicidio están buscando un apoyo. Un número alto de personas que contemplan el suicido han presentado ansiedad, depresión, desesperanza y han pedido ayuda directa o indirectamente. No es una llamada de atención, es necesario darle la importancia que realmente tiene a estos mensajes. El acceso a una ayuda adecuada previene el suicidio. Si conoces a alguien que lo está pasando mal, es esencial comunicarse con él, escuchar con la mente abierta y preguntar y mostrar apoyo incondicional.

Mito 2: “La mayoría de los suicidios suceden sin advertencia previa.”

FALSO: Aunque existen suicidios que han sido inesperados, la mayoría han sido precedidos por llamadas de ayuda verbal y/o conductual, han manifestado su propósito o han dejado entrever su intencionalidad de acabar con su vida (constricción en sentimientos, inhibición de la heteroagresividad y dirigirla a uno mismo, aparecen fantasías acerca del suicidio). La prevención salva vidas.

Mito 3: “Los que intentan suicidarse desean o están decididos realmente a morir”.

FALSO: Las personas suicidas pueden tener ambivalencia respecto a la vida o a la muerte. Un número alto de personas fallecen al intentarlo de forma impulsiva, pero hubieran preferido seguir viviendo. Estas personas necesitan librarse definitivamente del malestar emocional que sienten. El acceso a un apoyo emocional en un momento de tentativa puede detener en gran parte estas conductas.

Mito 4: “Quien lo dice, no lo hace.”

FALSO: Esta concepción minimiza las amenazas suicidas y se pueden llegar a considerar de forma errónea como un chantaje o una manipulación. La mayoría de personas que cometen suicidio lo han comunicado previamente.

Mito 5: “Quien ha intentado suicidarse alguna vez, nunca dejará de intentarlo.”

FALSO: Entre el 1-2% de los que han intentado suicidarse lo logran durante el primer año después del intento, y lo consiguen en el resto de su vida entre el 10-20%. Las crisis suicidas duran horas, días o semanas y se puede reconocer para su prevención. Aunque los pensamientos pueden regresar, con un tratamiento adecuado las personas pueden llevar una larga vida.

Mito 6: “Solo las personas con trastornos mentales se suicidan.”

FALSO: El comportamiento suicida indica una infelicidad profunda, sufrimiento emocional y un gran malestar, pero no tiene que ir relacionado con un trastorno mental siempre. Aproximadamente el 65% de las personas fallecidas tenían un diagnóstico de trastorno mental, siendo un factor de riesgo importante. Sin embargo, no todas las personas con un trastorno mental se suicidan, ni todos los que se suicidan tienen un trastorno mental.

Mito 7: “El suicidio es una decisión personal, la persona tiene derecho a elegir.”

FALSO: El suicidio nunca es una elección libre. La persona la contempla como única solución (visión de túnel) para dejar de sufrir, basada en la desesperanza, no en la libertad de elección.

Mito 8: “Quien se suicida es un egoísta y un cobarde / Quien se suicida es un valiente.”

FALSO: Ambas concepciones son igual de erróneas. Es muy reduccionista catalogar de forma tan concreta la complejidad de la conducta suicida. Si lo identificamos como un acto cobarde, le añadimos culpa y reduce la capacidad de comprensión de la conducta, mientras que si lo consideramos valiente, lo ofrecemos como un modelo a seguir. Quien se suicida no es ni valiente ni cobarde, es una persona que está sufriendo mucho y necesita buscar una solución a su dolor.

Mito 9: “Solo los pobres/ricos se suicidan”.

FALSO: Atribuir la conducta suicida con la clase económico-social es un criterio equivocado. El suicidio es multifactorial, aunque se observa con mayor frecuencia en países desarrollados, hay múltiples causas individuales que desconocemos.

Mito 10: “Hablar del suicidio puede incitar a alguien a hacerlo, no se debe de hablar sobre ello en los medios de comunicación”.

FALSO: El estigma que existe alrededor del suicidio es muy grande, y las personas que sufren a veces ven difícil con quien compartir estas ideas. Hablar de ello es una gran oportunidad para detectar que existe un problema, prevenirlo y ofrecerle alternativas visiones a la situación. El tema del suicidio se debe tratar igual que otras causas de muerte, a fin de evitar noticias sensacionalistas. Utilizándolos de forma adecuada, los medios de comunicación las redes sociales pueden ser un gran aliado para prevenir el suicidio si se enfocan correctamente en la búsqueda de fuentes de apoyo, desmitificando y desculpabilizando a la víctima y ofreciendo recursos y opciones viables.

Si estás pasando un momento complicado y algunos de estos conceptos te resuenan en ti o en algún familiar o amigo, no dudes en consultarlos. Recuerda que la prevención salva vidas, y que existe siempre una salida diferente. Si sientes impulsos suicidas, puedes ponerte en contacto con el teléfono de la esperanza (717 003 717) o a la línea de atención contra el suicidio (024).

Si necesitas ayuda o apoyo psicológico, recuerda que puedes contar con nosotros siempre que lo necesites.

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