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Algunas de las grandes emociones que hemos podido experimentar desde el inicio de la pandemia del Coronavirus, ha sido el miedo, sentimientos de inseguridad, angustia, ira, tristeza y demás emociones que, si bien son necesarias para adaptarnos al medio que nos rodea y a nuevas situaciones manteniéndonos alerta y preparados ante cualquier posible amenaza o situación de riesgo, de manera desproporcionada nos puede generar otros síntomas que entre ellos figura, los pensamientos rumiativos, ansiedad, depresión, estrés intenso y hasta dificultades para distinguir entre lo que es real y lo que es ficticio: la psicosis.
En el caso de la pandemia, podemos señalar la presencia de manifestaciones psicóticas en distintos momentos.
Inicialmente, el desconocimiento de lo que ocurre, la falta de certeza y sus innumerables “posibles” consecuencias, ha logrado ser motivo suficiente para generar un exceso de emociones que se conocen como ‘ emociones negativas’ (como las comentadas anteriormente), pudiendo producir a su vez paranoias y delirios, es decir, dicho descontrol ha conseguido generar crisis psicóticas en las personas.
En este caso, la psicosis no sólo se ha presentado a nivel individual, sino también a nivel grupal -dentro de la sociedad-, lo que se conoce como ‘Psicosis colectiva’. En este sentido, el pensamiento distorsionado, desconectado e irracional es compartido por otros.
Durante el confinamiento, esta situación pudo empeorar, y parte de esto se debe a la reafirmación de dichos pensamientos intrusivos, el reforzamiento de las emociones negativas coincidentes con lo expuesto por otras personas, al igual que la inactividad, el encierro con personas conflictivas, o vivencia de conflictos internos en los núcleos familiares, la falta de contacto social, el aislamiento, etc. Todos estos factores a su vez han sido predisponentes al contagio, convirtiendo a las personas con psicosis y otros trastornos mentales a ser sumamente vulnerables.
Una vez empezando la desescalada, esta situación de crisis no decayó, más bien hasta este momento de nueva normalidad, se ha podido mantener y hasta empeorar, ya que se reactiva la vida social, rutinas, trabajos, entre otras actividades, y , a partir de aquí, “todo puede ser fuente de contagio”, dando inicio al desarrollo de trastornos, como lo son la Agorafobia, Trastorno Obsesivo Compulsivo, Trastorno de Ansiedad Generalizada y Trastorno de estrés post traumático, entre otros tantos.
En la nueva normalidad (donde nos encontramos en este momento), aún existen numerosos casos de personas que mantienen la sintomatología. De hecho, se ha evidenciado que personas que han sufrido Coronavirus, han presentado secuelas psicológicas como la psicosis y los delirios.
Así encontramos que, la presencia de psicosis en la pandemia se ha observado en los distintos niveles, primero en la que la distorsión del pensamiento que puede deberse en parte a un estrés intenso e ideas irracionales, cambios alimentarios y en la calidad de sueño que hemos podido tener y en el último extremo, como una consecuencia directa de la enfermedad.
En comparación con esto, la psicosis colectiva manifestada al inicio de la pandemia ha disminuido, mientras se mantiene, en efecto, la psicosis individual. Con lo cual, encontramos muchos individuos con síntomas psicóticos dentro de una sociedad que ya no presenta dichos síntomas con tanta magnitud. Y esto, ¿cómo puede ocurrir?:
Es de considerar que somos seres sociales, y la necesidad que tenemos de relacionarnos es innata, necesitamos del otro para poder llevar una vida equilibrada. Adicionalmente, la reincorporación a la vida rutinaria nos permite autorregularnos anímicamente, a su vez nuestros pensamientos y así, también, nuestro comportamiento.
En este sentido, la retroalimentación que encontramos en las relaciones sociales, en recuperar poco a poco nuestras rutinas, nos permite salir de ese bucle en el que podemos estar inmersos y regular los niveles de ansiedad y estrés.
El contacto presencial con otras personas ha sido señal de alivio y ofrece una sensación de que “todo” está por acabar, añadido al soporte que recibimos de los nuestros y sobre todo observar que las demás personas de nuestro alrededor están viviendo lo mismo que nosotros, sirve como factor motivacional.
De esta manera se ha podido reducir significativamente la psicosis colectiva, de hecho, se ha logrado considerar el coronavirus como algo añadido con lo que debemos seguir viviendo. El apoyo social y el modelado de conductas ha permitido normalizarlo y así entenderlo, quizás desde otra perspectiva, sin restarle importancia, pero alivianando la amenaza.
Entonces, ¿qué sucede con las personas que desarrollaron psicosis?
Las personas que han podido desarrollar psicosis a raíz de la pandemia, es probable que mantengan el aislamiento social, pensamientos e ideas delirantes y/u obsesivos que reafirmen su visión; comportamientos que pueden no estar socialmente justificados ni aceptados y la desconexión que hemos venido comentando.
Es de suma importancia la búsqueda de ayuda de profesionales de la salud,(por ejemplo un psicólogo online o psicóloga online) y cuanto antes mejor, ya que puede que se trate de algo transitorio, o que estemos en presencia de una desconexión que requiera más tiempo para controlarlo.
En segundo lugar, mantener una alimentación saludable y un buen ritmo de actividad física es esencial. Estas dos cuestiones que en ocasiones podemos restarle valor, realmente nos ofrecen mucho más de lo que podemos pensar. Como lo comentamos antes, nivelan nuestro estado de ánimo, nos mantienen la mente ocupada y favorecen la segregación de serotonina, al igual que de otras sustancias que mantienen controlado nuestro organismo y evitará el desarrollo posterior de enfermedades mentales.
No hay que olvidar el mantener relaciones sociales sanas de manera presencial, por supuesto conservando las medidas higiénicas de seguridad, buscando incrementar ese contacto con los otros y la realidad. Esto ayudará a identificar las ideas irracionales y posteriormente trabajar la parada de pensamiento y demás indicaciones que realice el profesional.
No olvides que si has tenido alguno de estos síntomas o crees que esto te ha podido pasar a ti, contacta con un psicólogo o psicóloga de Terapiaencasa.es.
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