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Frecuentemente me suelen preguntar, sobre todo pacientes diagnosticados con TOC (trastorno obsesivo compulsivo), si soy especialista en este trastorno, para así manejar mejor su caso, o por si veo mejor que busquen un centro especializado.
Normalmente a ello respondo que, aunque sí existen profesionales que están especializados en ciertos tipos de trastornos, no suele ser habitual que un psicólogo sanitario o clínico únicamente se especialice en un tipo de trastorno y que por lo tanto, no sé si el resultado será mejor.
La verdad es que así lo pienso, y por ello, en el artículo de hoy me gustaría comentar los pros y contras que tiene tener una sola especialización en un sólo trastorno, para facilitar la decisión a la gente que se ve en esa tesitura en algún momento; y como ejemplo voy a utilizar a pacientes que sufren de TOC.
Porque si has llegado hasta aquí, es muy probable que tú seas uno o una de esos pacientes que esté en este dilema actualmente. Empezaré inicialmente con las ventajas:
– Un mejor diagnóstico diferencial: si eres un profesional que sólo te dedicas a un trastorno, es muy probable que sepas tanto del mismo que conozcas a la perfección cada uno de síntomas, como se origina, los estudios e investigaciones más vanguardistas y que factores los mantienen. Por lo tanto, es más sencillo que puedas decir con certeza, usted tiene un TOC o no.
Entiendo que saber mucho de algo, siempre va a ser bueno. Por lo que, alguien que se empape de un trastorno cada día de su trabajo, sin duda, manejará información actualizada y útil.
– Un mayor entrenamiento en técnicas específicas: si estás especializado es muy probable que estés harto de hacer una técnica, y casi por aburrimiento y repetición, hacerla perfectamente bien. Pongamos como ejemplo una técnica muy utilizada en pacientes con TOC, como puede ser la EPR o mejor conocida como Exposición con Prevención de Respuestas.
Por explicar un poco la técnica, se trata de exponer a la persona de forma progresiva (ya sea en imaginación o en la realidad) al miedo, preocupación o estimulo temido que activa sus obsesiones y aumentando la dificultad de exposición.
Por otro lado, la prevención de respuesta consiste en evitar la compulsión o ritual, que no es más que un mecanismo de evitación, que, aunque no lo parezca lo que hace es aumentar la ansiedad y dificulta que desaparezcan las obsesiones.
Sin duda, un experto en EPR, lo hará muy bien aún con los ojos cerrados. Por lo que la técnica siempre o casi siempre se aplicará como tiene que aplicarse.
– Mayor eficacia y más ahorro en el costo de la terapia: no lo sé con certeza, pero como profesional entiendo que, si alguien es especialista en un trastorno, por coherencia deberá tener un método más pulido y por lo tanto un trabajo más directo y eficaz, que lleve un número limitado de sesiones y, por consiguiente, menos dinero a invertir.
Esta ventaja la he añadido por añadir, pero realmente no estoy del todo seguro de que realmente un tipo de terapia específica sea en sí más económica, porque es verdad que ciertas “técnicas mágicas” o “métodos novedosos” se venden a veces a precio de oro.
Me paso a las desventajas, con todo el respeto a los profesionales especializados, pero que a mi parecer pesan mucho:
– La complejidad del propio TOC: el trastorno obsesivo compulsivo, sin duda es de todo menos simple. A veces puedes encontrar pacientes que tienen rituales, a veces sólo tienen obsesiones, en otros casos, las compulsiones son mentales y por lo tanto, no se perciben fácilmente; incluso a veces está tan automatizado el TOC que ni siquiera el paciente es capaz de encontrar con claridad el estímulo temido.
Hay tantos tipos diferentes de obsesiones, como personas hay en el mundo. Eso hace difícil que un experto sea capaz de conocer todos los tipos de TOC que existen, aunque eso no tiene por qué dificultar su intervención; pero tampoco le transforma en un conocedor omnipotente, sólo en alguien que sabe más de un trastorno que de por sí es muy complejo.
– La comorbilidad: aunque dudo que los profesionales que sean expertos en TOC no conozcan o no sepan tratar otros trastornos, vamos que estoy convencido de que sí; debemos y tenemos que considerar que es un trastorno que viene asociado con otros muchos trastornos diferentes (comorbilidad), por ejemplo, con otras fobias, depresión, abuso de sustancias, etc. Por lo que sólo conocer un trastorno o estar especializado en él, en salud mental puede ser un talón de Aquiles más que una ventaja.
Por lo que realmente necesitas es un buen profesional que sepa evaluar bien el problema, haciendo un estupendo análisis funcional y planteado una hipótesis de trabajo que sea consistente. Eso es lo que ayudará a una intervención global y competente.
– Las personas no son planas: dando por hecho lo que comentamos anteriormente, que el TOC es complejo y que habrá comorbilidad (más trastornos). Debes entender que las personas no son sota, caballo y rey. Cada persona tiene un contexto, una condiciones socio-económicas y una historia de vida, que ya te digo yo, que le influye en su trastorno.
Tanto es, que como profesional me he dado cuenta de que cuanto más construyes metas y objetivos vitales motivadores y alcanzables, el foco de la obsesión se debilita y ayuda a los pacientes a mejorar del trastorno.
Un ejemplo que me encuentro mucho es cuando algún profesional le dice a su paciente que el TOC es genético (que sin duda lo es) y que no tiene curación. Creo que esos profesionales se lo deberían de hacer mirar, porque estás dando por hecho que todas las personas tendrán las mismas capacidades, y no son personas que tienen TOC, sino un TOC que tiene prisionera a una persona.
Aunque como profesional no creo en la “cura” (ni en el TOC ni en ningún otro trastorno, debido a que parte de ellos es parte de lo que somos); sí creo en la mejora significativa, sí creo en la funcionabilidad de una persona, si creo en la aceptación del problema y la adaptación al mismo. Es decir, usemos aquello que parece que dificulta la intervención “la complejidad”, como herramienta para poder ayudar a nuestros pacientes.
– Tener todas las herramientas: imagina que te acostumbras siempre a usar el mismo o los mismos instrumentos para trabajar en algo. ¿qué pasa si un día no funcionan? ¿o si se quedan cortos?, pues que probablemente no sepas por donde seguir, o finalmente, tengas que hacer lo que hace cualquier profesional: estudiar en qué nuevos caminos puedes trabajar.
En el fondo, un profesional no especializado es lo que hace (o debería de hacer), tener una mente más abierta para poder utilizar todas las herramientas que le de la ciencia y que estén probadas; incluso aunque no se haya hecho antes, porque siempre hay una primera vez. Y usar esas herramientas según la hipótesis de intervención que ha planteado, que es la herramienta en la que sí debemos ser eficaces.
– A veces más, es menos: entiendo que suena atractivo que alguien te diga que “en X sesiones te vas a curar”, ya me chirriaría mucho si me dice “curar”, pero decir en X sesiones vas a estar bien, es asegurar mucho en salud mental. ¿Y si no funciona, el problema es del paciente? ¿necesita otras X sesiones?
Por eso siempre voy a apostar por una buena evaluación, que a veces durará más y a veces durará menos. Una buena hipótesis de intervención, explicando al paciente qué creemos que generó y mantiene el problema. Y con una humildad profesional, ir reevaluando nuestra intervención para ver si encontramos mejoras significativas por si no estamos avanzando, poder replantear la hipótesis, generosamente derivar si nos hemos estancado o simplemente finalizar la intervención.
Sin que el paciente tenga que gastar más dinero por ello. No prometes nada, no hay X sesiones cerradas, pero probablemente el paciente gastará muchísimo menos dinero en esa mentalidad.
No me malinterpretes, no estoy en contra de la especialización, pero considero que porque alguien centre su trabajo y formación únicamente en un aspecto (dentro del mundo de salud mental, en otros sectores sanitarios no me meto, que no tengo ni idea) no necesariamente le hace ser mejor en su trabajo. Sí pienso que un buen profesional, sea especializado o no, hace un buen trabajo cuanto mejor haga su evaluación de la problemática.
Además, tener en cuenta que otra desventaja, que influye a los profesionales, es que sólo tratar a un tipo de paciente específico puede que disminuir mucho la cantidad de gente que atiende; y, por lo tanto, que no sea económicamente rentable para vivir. Por lo que encuentres un profesional que haga de todo, no quiere decir que no sepa del trastorno, sino que igual tiene que sobrevivir económicamente atendiendo todo tipo de dificultades.
Con esto comentarte que si tienes más dudas sobre el TOC, sobre la evaluación o la intervención, en terapiaencasa.es tod@s los profesionales han trabajado en todas las áreas de intervención de la salud mental; y sí, algun@s de nosotr@s podemos tener más experiencia en algunos trastornos, como es mi caso por ejemplo en TOC, pero podemos ser lo suficientemente versátiles para poder ver el bosque y no sólo el árbol.
Si estás interesado, prueba nuestra primera sesión gratuita escribiendo a info@terapiaencasa.es o dándole a contacto.
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